LA DESOLACION DEL CORAZON DE JESUS

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mateo 27, 46). ¿Qué quiso decir Jesús? ¿Simplemente estaba recitando esa frase del Salmo 22? ¿Realmente Dios Padre había abandonado al Hijo? ¿O es que Jesús estaba mostrando la desolación que lo abrumaba?

Al redimirnos, Jesús deseaba pasar por todo lo que el pecado implica. Y la consecuencia más grave del pecado es la ruptura de la unión entre Dios y cada persona. Así, mientras moría en la Cruz, Jesús sintió en lo más profundo de Su Corazón, la ruptura de la unión entre Jesús Hombre y Dios Padre. Por eso se sintió abandonado por el Padre. ¡Realmente se sintió así! Tal fue su desolación en este momento crucial.

¡Y eso demuestra lo grave que es el pecado! Al andar en pecado abandonamos a Dios, nos separamos de Él. El pecado rompe el vínculo que existe entre nuestro corazón y el Corazón de nuestro Señor. ¡Y es una ruptura real! De hecho rasga el vínculo que existe entre nuestro corazón y el Corazón de nuestro Señor.

Así como el simple amor humano tiende, no sólo a mantener el vínculo, sino a hacerlo más fuerte, el Amor de Dios desea lo mismo, pero de manera infinita. Quiere fortalecer ese vínculo cada minuto, cada hora, cada día.

Pero, ¿qué hacemos al seguir pecando? Rechazamos ese Amor que nos une a Dios.

Algunos de nosotros hemos probado lo que podría significar esa desolación. Unos lo han sufrido en el amor conyugal. Pero también lo han sufrido padres de adolescentes rebeldes. ¿No hemos sentido desolación cuando nuestra pareja nos ha abandonado? ¿No hemos sentido esa tristeza cuando nuestro hijo adolescente nos rechaza y escoge el camino equivocado? ¿No sentimos ese rechazo desgarrando nuestros corazones? ¿No nos sentimos impotentes por sus decisiones, deseando poder cambiarlas?

Imaginemos, entonces, el Corazón desgarrado de Jesús cuando tantos seres humanos -pasados, presentes y futuros- Lo rechazan.

El horrendo padecimiento físico que Jesús sufrió en su Pasión palidece en comparación a la desolación que siente el Corazón de Jesús cuando pecamos. Y esa desolación causada por nuestro pecado es lo que le hace sufrir la ruptura con Su Padre.

Entonces, cada vez que pecamos o que estamos a punto de pecar ¿no deberíamos recordar que estamos contribuyendo a ese dolor? ¿Por qué no tratar de imitar el Amor de Jesús y consolar Su Corazón?

LAS ULTIMAS SIETE PALABRAS DE JESUS - Serie:

Primera Palabra: "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen"

Segunda Palabra: "En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso"

Tercera Palabra: "He aquií a tu Madre"

Cuarta Palabra - "Dios Mío, Dios Mío, por qué me has abandonado?"

Quinta Palabra: "Tengo Sed"

Sexta Palabra: "Todo está consumado"

Séptima Palabra: "Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu"